El último ejemplo es el golazo ante el Rayo, parecido al de Ronnie ante el Sevilla en la 'noche del gazpacho'
Edwin Calderon
Neymar parece estar dispuesto a ser el heredero de Ronaldinho. El '11' azulgrana cada vez se parece más a la mejor versión del futbolista que cambió la historia moderna del Barça, y el último ejemplo es el golazo que consiguió este sábado contra el Rayo Vallecano, parecido al trallazo que se sacó 'Ronnie' también en el Camp Nou ante el Sevilla, en la llamada 'noche del gazpacho', el 2 de septiembre de 2003.
Ambos recibieron el esférico en mediocampo, desbordaron en vertical como un tiro, la distancia del disparo es similar y los dos balones se cuelan por la escuadra. Ronaldinho se fue de dos rivales y Neymar, de uno. Tanto uno como otro, espectaculares.
En su forma de jugar también hay, sin duda, similitudes indiscutibles. Los dos ocupan la banda izquierda del Barça, son eléctricos, rápidos e imaginativos, con la bicicleta y el movimiento del cuerpo como armas esenciales para el regate. Casualidades de la vida, los dos llegaron a Europa a los 21 años, Ronnie pasando primero por el PSG, y ambos liderando a la selección brasileña. En el caso de Neymar, cogiendo la responsabilidad en un momento especialmente clave, por el cambio generacional de su combinado y por disputarse en su país.
Incluso ambos han compartido la mala experiencia de ser objeto de fichajes considerados polémicos. No hay que olvidar que Ronaldinho también tuvo problemas con su traspaso al club parisino, ya que, según se informó, el Gremio de Porto Alegre, club de origen, no aprobó que el jugador firmara con ningún club. Inevitable ha sido también por el Santos la marcha de 'Ney', que vio cómo medio mundo se rifaba a su jugador. Y los dos llegaron al Camp Nou con una expectación histórica.
Su carácter es clavado. Extrovertidos, divertidos y siempre sonrientes, parecen no alterarse con la presión ni por los millones de comentarios que suscitan. Ayer mismo, cuando los periodistas preguntaban a Neymar por la polémica de su contrato, contestaba con buenas palabras y sonrisas. Como siempre hizo Ronnie.
Fútbol y felicidad, en fin, las dos palabras de su vida.
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