En contra de lo habitual en los últimos años, Messi y Cristiano Ronaldo se quedaron sin ver puerta y no fueron el factor desequilibrante del clásico
Edwin Calderon
El argentino y el portugués libraron su duelo menos brillante desde que 'CR7' aterrizó en la Liga en el 2009. Su protagonismo quedó diluido, y ambos demostraron estar lejos de su mejor momento.
Recién salido de su lesión de isquiotibiales -reapareció el pasado martes ante el Milan-, Messi participó menos de lo esperado, y cedió su liderazgo a otros compañeros como Iniesta y Neymar, posiblemente los mejores del duelo.
Ubicado entre líneas, al '10' del Barça le costó desbordar y le faltó acierto en los metros finales, como cuando, en el 20', envió fuera un mano a mano ante Diego López. Una de esas acciones que, en condiciones normales, no suele fallar.
Messi intervino menos que de costumbre, pero dejó destellos de su gran calidad. Mediada la primera parte, forzó una falta al borde del lateral del área después de 'marear' a Pepe con sus regates. Y, ya en el descuento, hizo lo mismo con Carvajal en una acción que estuvo a punto de acabar en el 3-1.
Algo más peligroso, pero con el mismo resultado, se mostró Cristiano Ronaldo. El portugués, prácticamente desaparecido en la primera mitad, fue de menos a más, y su primera aparición destacable fue una perfecta asistencia a Khedira al filo del descanso que no acabó en gol gracias al acierto de Valdés.
El '7' madridista fue el mejor de su equipo en la reanudación. El meta madridista evitó que empatara despejando uno de sus clásicos 'misiles' en el 57'. Y en el 70', reclamó penalti tras ser objeto de una posible falta de Mascherano en el área. El 2-1 final, obra de Jesé, llegó tras una asistencia en profundidad suya.
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